LUGARES PARA SOÑAR

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lunes, 21 de junio de 2010

¿CÓMO QUEREMOS EL FUTURO PARA NUESTROS HIJOS?

¿Queremos una sociedad dónde los ladrones de sueños se van de rositas? ¿un lugar dónde se valora y se respeta al que no declara, al que engaña al Estado, al que soborna al diputado...?¿queremos que nuestros hijos sean víctimas de un sistema político alejado de la realidad cotidiana?¿Qué sentido tienen nuestros sindicatos si sobre todo velan por la patronal?¿Dejamos a ésta como está, dedicada a engordar las listas de ganancias de sus afiliados?

Son muchas preguntas para responder a un tiempo, mas es importante comenzar a situarse en un lado u otro del tablero. No podemos asistir impertérritos al continuo goteo de vagos y maleantes que aparecen un día sí y otro también en los medios de comunicación. Tenemos que exigir una regeneración democrática de la política. Este terrorismo soterrado, este apropiamiento de los recursos de todos por unos pocos tiene que terminarse. Si no son los jueces los que terminan con ellos, debería ser la sociedad quien purgase la clase política. ¿cómo? Pues una solución sería dándole un escarmiento electoral a los grandes partidos de nuestro país. Tal vez sería bueno dar la alternativa a otros que se han mantenido alejados del poder.

Desde la Carrera de San Jerónimo nos indican todos los días cómo debemos vivir, cómo debemos aceptar las decisiones que 350 toman por 47 millones. La sociedad debe ser capaz de transmitir a todos ellos que si están allí es porque ella los ha elegido, que si pueden vivir como viven es porque a cambio se les pide y exige un sacrificio por la sociedad que han de defender. No como hasta ahora que defienden única y exclusivamente sus cuotas privadas de poder.

Los políticos deberían ser elegidos por barrios pero con despacho abierto al público en cada uno de ellos, que sintieran realmente el pulso de la gente, que se ganasen ese derecho que tienen de representar a una sociedad a pulso. ¿Eso exige una reforma de la Ley Electoral? ¿y dónde está el problema?

De los sindicatos y patronal habría mucho que decir aquí, sólo comparar su actuación en durante esta crisis con las actuaciones llevadas a cabo por la patronal y sindicatos alemanes ya da una muestra de lo que pueden hacer. Eso sí, en Alemania con un porcentaje mucho más bajo de afiliados que en nuestro país, un sindicato tiene la capacidad para paralizar a un país y poner a un gobierno contra la pared, aquí como mucho pueden dejar de ir a tomar el café a la Moncloa.

¿cómo es posible que queramos tener un estado de bienestar sin que salga de nuestros impuestos? ¿Cómo pretender una educación práctica y de cierto nivel si nos oponemos a cualquier idea que venga de fuera?

Para tener derechos y disfrutar de ellos, como establece nuestra Constitución en su Titulo I; es preciso dotar de medios económicos las arcas del Estado para que éste pueda ser garante de lo reflejado en dicho título. De nuestra aportación económica, de nuestra capacidad para el reparto mutuo saldrá todo.

Nuestro sistema educativo puede ser bueno, malo, muy bueno o muy malo; mas lo cierto es que desde 1986 vivimos en Europa y a partir del Tratado de Lisboa será condición indispensable mantenerse bajo un mismo paraguas. Bolonia será o no será bueno, el futuro nos lo dirá, pero siempre será mejor mantenerse dentro de un espacio único de estudios que hacer cada uno la guerra por su cuenta.

Una sociedad madura con el cambio continuo en hábitos y costumbres, crece a través de la intercomunicación con otras sociedades, se hace fuerte cuando crea unas bases sólidas sobre las que volver en caso de deriva momentánea; hacer país es aportar nuestro grano de arena y eliminar de nuestro granero las malas hiervas.

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