LUGARES PARA SOÑAR

LUGARES PARA SOÑAR
cerrar lo ojos y sentir

lunes, 21 de junio de 2010

ATARDECER

Ahora que me aproximo, ya más rápido que lento, al atardecer de mi vida quiero encontrarme contigo, quiero descubrirte en mitad de mi camino.
El transcurrir por mi amanecer y mi mañana ha dejado surcos en mi piel, marcas que no son fáciles de borrar y también tatuajes que, tal vez no desease, pero que ahora conservo, preservo y cuido con esmero y dedicación.
Mas no es momento de pasados, no quiero dedicar un minuto a las horas transcurridas. Quiero dedicártelas a ti, a la persona con la que quiero compartir este atardecer inminente, me gustaría disfrutar de tu compañía, sentir cálida tu mirada, suaves tus manos, cálidos tus besos.
Quisiera que me acompañases por este tiempo por llegar, con la única intención de construir un camino por el que llegar juntos a un anochecer tranquilo y a un ocaso acompañado.
He crecido, he aprendido, me he equivocado, he llorado y he reído; ahora, en este preciso instante puedo ofrecerte lo que soy. A la experiencia acumulada en las muchas mañanas ya vistas, se une ahora el saber exactamente lo que no quiero en mi vida, se une el arbitrario deseo de rodear con mis brazos tu cuerpo contra el mío. No deseo que pases de puntillas por el plató en el que represento mi propia obra, quiero que seas la actriz protagonista, pero no de una obra cualquiera, sino de mi obra final. Aquella que un día terminará con la bajada del telón y el aplauso de los presentes.
Deseo que me acompañes a este viaje a ninguna parte que quiero hincar, deseo compartir contigo los paisajes que veremos a través del cristal del tiempo, imaginar un mañana en el que ambos nos miremos a los ojos, comprendiendo que, en los ojos que uno, se refleja está el amor del otro.
Tal vez tenga pretensiones muy elevadas, pues quiero de ti el todo por el todo, mas no puedo pedirte menos porque es lo que estoy dispuesto a poner de mi parte. No quiero más que eso, pero tampoco menos.
Un largo camino comienza con el primer paso, eso lo sabemos todos desde niños, nos lo han enseñado. Ahora que somos adultos, ahora cuando llega el atardecer, ya sabemos que el camino siempre es más grato en compañía, que viajar sólo es menos gratificante que compartir experiencias. Acompáñame pues en el itinerario que me queda, sujeta mi mano y ven. Yo la tengo tendida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La opinión siempre es libre