LUGARES PARA SOÑAR

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cerrar lo ojos y sentir

lunes, 21 de junio de 2010

Camino hacia ti, pero todavía no lo sabes

He decidido caminar a tu encuentro, hastiado como estoy de la tensa espera, no he soportado ni un minuto más y me he decidido. Ya camino hacia ti, pero todavía no lo sabes.

La vida, muchas veces ingrata, se torna hermosa cuando el arco iris del amor la invade, cuando la ilusión por el después se hace patente, cuando la sola imagen de tu figura en mi mente revoluciona todos mis sentidos.
Aún no sé como eres, no he podido percibir nada más que tu presencia etérea; y se hace duro imaginarte sin más; se hace duro presuponer que puedes estar ahí, pero no alcanzarte.

Por ello, tras meditarlo mucho, tras apartar hacia los costados mis miedos, salgo presto a tu encuentro. Quiero salirte al paso, a la mitad del camino, abordarte como un corsario. Necesito perderme en tus ojos en cuanto me mires y no encontrar el camino de regreso.
En el frío de la soledad uno camina sin más opción que la compañía de uno mismo, he nacido para tener compañía, para prestar mis afectos, para disfrutar de tu mirada o de la de ella; la soledad es buena aliada cuando eres tú quien la busca, cuando te adentras en ella consciente de que podrás irte con un simple portazo. Al contrario, cuando es la soledad la que te rodea, corres el riesgo de que sus sentimientos se contraigan con el frío y tengan después dificultades para sentir.
Camino pues en tu busca, sin haber oteado nunca el mapa que marca la ruta que me lleve a ti; seguro que este es un camino que debo recorrer a ciegas, tropezando donde sea menester, asiéndome a cualquier madero que encuentre en el camino. Sé que, finalmente, me toparé contigo. Y me dejaré caer a tus pies.
No se qué sucederá luego, tal vez nada, o tal vez todo. Mas precisaba emprender esta senda para no caer aturdido presa del desánimo por tu ausencia.


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